Donald Trump rompe un nuevo récord en su país: el cierre más largo

A diez meses de asumir nuevamente el cargo de presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump rompió su propio récord y se mantiene como el mandatario con el cierre federal más largo, pero con una nueva marca: 36 días. 

Desde el pasado 30 de septiembre, todas las actividades no esenciales del gobierno nacional están detenidas por la ausencia de un acuerdo entre republicanos y demócratas en el Congreso para el presupuesto general del próximo año fiscal, que debía iniciar el primero de octubre. 

En las últimas seis semanas, la parálisis presupuestaria ha dejado a unos 1,4 millones de empleados del sector público sin cobrar su sueldo. Los que cumplen tareas consideradas esenciales, como los controladores aéreos o las fuerzas de seguridad, han debido seguir trabajando sin pago.

Recientemente, el secretario de Transporte, Sean Duffy, alertó que podría verse obligado a cerrar parcialmente el espacio aéreo ante la falta de personal y envió una amenaza al Congreso: "Así que si nos llevan a una semana a partir de hoy, demócratas, verán un caos masivo... verán retrasos masivos en los vuelos".

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¿Por qué Trump rompió su récord? 

Durante su primer mandato, el presidente Donald Trump enfrentó un cierre gubernamental de 34 días, también por la ausencia de un acuerdo entre demócratas y republicanos respecto al presupuesto nacional, que allí solo puede decretar el Congreso para vigencias fiscales comprendidos entre el primero de octubre y el 30 de septiembre del año siguiente.

En esta ocasión, pese a que su partido político tiene la mayoría en el Senado y la Cámara, los congresistas no han logrado un acuerdo que permita que mínimo cinco legisladores demócratas voten a favor del proyecto de presupuesto. 

"Seré honesto con ustedes, no creo que ninguno de nosotros esperaba que esto se prolongara tanto", admitió el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, en una rueda de prensa.

Pero el Partido Demócrata, que ve con alarma cómo Trump utiliza todo el poder a su alcance para imponer su agenda, muestra un frente unido. Su exigencia es que todo el tema sanitario de las reformas republicanas sea frenado en seco y que sea discutido de nuevo, desde cero, lo que significa desmantelar buena parte de la gigantesca ley que Trump logró aprobar hace menos de seis meses.

Aunque los líderes de ambos lados han mostrado poco interés en comprometerse, ha habido señales de negociación entre los moderados.

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Por ejemplo, un grupo bipartidista separado de cuatro miembros centristas de la Cámara de Representantes presentó el lunes un marco de compromiso para reducir los costos del seguro médico. 

Los demócratas creen que los millones de estadounidenses que ven cómo se disparan las primas al inscribirse en programas de seguro médico para el próximo año presionarán a los republicanos para buscar un compromiso. 

Pero Trump se ha mantenido firme en su negativa a negociar, diciendo en una entrevista transmitida por CBS News el domingo que no se dejaría "extorsionar". 

El martes en la tarde el mandatario pidió vía redes sociales a los republicanos que utilicen el "arma nuclear" legislativa: eliminar la barrera mínima de 60 votos en el Senado, lo que se conoce como el filibusterismo, para pasar por encima de la oposición demócrata.

TERMINATE THE FILIBUSTER!!! pic.twitter.com/twTM8nkOmZ

— The White House (@WhiteHouse) November 4, 2025

Sin embargo, la medida con la que los republicanos podrían romper el bloqueo de los demócratas es un arma de doble filo que solo se ha utilizado una vez, justamente por el partido contrario al del actual gobierno. 

Si esta vez los republicanos evocaran la medida anti filibusterismo, luego los demócratas podrían seguir su ejemplo para conseguir aprobaciones a medidas que no quieren los republicanos, por ejemplo, que Washington y Puerto Rico reciban el estatus de Estado, lo que les da mayor independencia del gobierno federal. 

¿Qué es un cierre del gobierno?

En Estados Unidos, la Constitución indica que el gobierno de turno no puede gastar dinero sin la aprobación del Congreso. La única excepción son los salarios del presidente y los mismos congresistas, que se siguen pagando aunque el gobierno nacional esté cerrado. 

Este bloqueo se da cuando los congresistas no logran aprobar una ley de presupuesto antes del 30 de septiembre, día en que se termina la vigencia fiscal, y tampoco tienen un acuerdo temporal sobre el gasto público hasta la aprobación definitiva del presupuesto nacional. 

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Con el cierre del gobierno, miles de empleados federales, es decir del orden nacional, son enviados a sus casas sin pago y otros deben trabajar sin salario, aunque una vez superado el bloqueo las entidades que les emplean están obligadas a pagarles los días o semanas de sueldo represadas. 

En esta ocasión y pese a lo que inicialmente había prometido el presidente Donald Trump, los programas de ayuda a la alimentación para familias de escasos recursos y otros programas de asistencia social se han visto afectados por la falta de personal disponible. 

“Los beneficiarios de la ayuda deben entender que se necesitará tiempo para recibir este dinero, porque los demócratas han puesto al gobierno en una posición insostenible", declaró la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.

*Con información de AFP.