Actualizado 4 de septiembre de 2025 - 7:08 a. m.
El ministro de Energía vuelve a insistir en la importación de gas venezolano
El ministro Palma reiteró su intención de recuperar el gasoducto que conecta a ambos países, pese a las sanciones económicas que tiene Venezuela.
Periodista Digital
Edwin Palma, ministro de Minas y EnergíaCrédito: Cortesí Ministerio de Minas y Energía
Desde Cúcuta, el ministro de Minas y Energía, Edwin Palma, le dio un nuevo impulso a la intención del actual gobierno de reactivar el gasoducto entre Colombia y Venezuela para importar gas natural de ese país.
Esta vez, Palma habló de los “obstáculos técnicos” para reactivar la línea de transporte del hidrocarburo que está entre los sectores sancionados económicamente por Estados Unidos como respuesta a la ausencia de una democracia en el vecino país.
Ojalá podamos remover esos obstáculos técnicos, jurídicos, económicos, y podamos tener una molécula de gas, antes de que termine el año, en beneficio del pueblo colombiano.
El ministro Palma aseguró desde Cúcuta que mientras Colombia se pierde de “la gran riqueza” que tiene Venezuela en gas natural, el país sigue “alimentando son los grandes monopolios, grandes negocios alrededor de la regasificación y de la importación de gas”. Esto, pese a que es la misma Ecopetrol la que está estructurando la instalación de dos plantas regasificadoras para importar gas natural por orden directa del presidente Gustavo Petro.
Cabe recordar que esta es una de las alternativas al déficit nacional de gas natural que ha explorado el gobierno desde el inicio del mandato del actual presidente. Sin embargo, el gasoducto, que llevaba gas de Colombia a Venezuela, no solo necesita mantenimiento por la falta de uso, sino también inversiones para convertirlo en una línea bidireccional, es decir, que también funcione en el sentido Venezuela - Colombia.
A modo de referencia, se puede destacar que el sector transporte del gas natural espera invertir este año USD$ 72 millones para varios proyectos, entre ellos la bidireccionalidad del gasoducto Ballenas - Barranquilla, en la región Caribe, que está dentro de los proyectos prioritarios de 2025.
¿Es necesario el gas venezolano?
Colombia perdió la autosuficiencia de gas natural en diciembre de 2024, cuando empezó a importar ese combustible para cubrir parte de la demanda de los hogares colombianos, ante la declinación de campos en el país y un crecimiento relativamente estable de la demanda.
Amylkar Acosta, exministro de Minas y Energía, explica que la demanda esencial recibe importaciones “después de 45 años de ser satisfecha con gas extraído en el país. Se empezó importando 40 millones de pies cúbicos diarios y terminará este año alrededor de 70 millones de pies cúbicos diarios. En los próximos años la necesidad de importar será mucho mayor, pues al tiempo que crece la demanda, declinan las reservas y cae la producción de gas”.
Las proyecciones de la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME) apoyan esa afirmación. Según la unidad, el país sería deficitario hasta 2029, cuando se espera que entren al país las primeras moléculas de gas natural extraído en los pozos del bloque Sirius-2, ubicado en el mar Caribe.
Este bloque, según informó Ecopetrol en diciembre de 2024, tiene un volumen de gas que supera los seis terapiés cúbicos, lo que permtiría pasar las reservas de gas del país de los actuales 5,9 años a cerca de 10 años.
Mientras ese gas llega al territorio continental de Colombia, la alternativa es la importación. Al respecto, Luz Stella Murgas, presidente de Naturgas que es el gremio de sector, le pidió al gobierno que acelere la regulación de contratos a más largo plazo para la compra de este combustible.
La entidad encargada de esa regulación es la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG) que, si habilita la compra de gas para consumo esencial en contratos de más de dos meses, podría permitir una rebaja en los precios de ese combustible, ya que así las comercializadoras lo podrían comprar a plazos de, por ejemplo, tres años pero pagando precios actuales que son bajos ante la menor demanda europea por la temporada de verano que ya está terminando.