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16 de septiembre de 2025 - 8:59 a. m.
Actualizado - 16 de septiembre de 2025 - 9:26 a. m.

Descertificación de Colombia por EE. UU.: reacciones políticas, críticas a Petro y consecuencias para la lucha antidrogas

Estalló el país político: unos hablaron de fracaso en la política antidrogas, otros de una injusticia que ignora la corresponsabilidad internacional.
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Expresidentes y congresistas critican al Gobierno tras revés antidrogas. - Crédito: Colprensa

En medio de una reunión del Consejo de Ministros, el presidente Gustavo Petro soltó la bomba: Estados Unidos había decidido descertificar a Colombia en la lucha contra las drogas para el año fiscal 2026.

Minutos después, el Departamento de Estado confirmó la noticia. En un documento oficial, incluyó a Colombia en la lista de 24 países productores o de tránsito de estupefacientes que “no han cumplido de manera demostrable” sus compromisos antidrogas.

El golpe fue doble: por un lado, Washington aclaró que la cooperación se mantendrá por ser Colombia un aliado estratégico; por el otro, el mensaje internacional fue claro: la política antidrogas del país no está dando resultados.

Samper y la voz de la experiencia

La primera voz en pronunciarse fue la de Ernesto Samper, quien conoce de cerca lo que significa una descertificación. Durante su mandato en los 90, ya había enfrentado un escenario similar.

Colombia ya pasó por una descertificación y puedo asegurar que no es el fin del mundo. Nos da la oportunidad de mostrar internacionalmente los altos costos económicos, sociales e institucionales que hemos pagado por un problema que no es solo nuestro.

 

Entre la indignación y la acusación directa

El tono cambió con el turno de Roy Barreras, exembajador en Londres y senador. Desde su cuenta de X, calificó la decisión como un error: “La descertificación es una injusticia. El problema del narcotráfico es de corresponsabilidad común y compartida. Rectifiquen”, reclamó, en defensa de la política del actual gobierno.

Del otro lado del espectro, el representante Miguel Polo Polo no dudó en lanzar dardos contra Petro:
“Estados Unidos le daba a Colombia entre 500 y 800 millones de dólares anuales. Hoy existen más de 300 mil hectáreas de coca y creció el terrorismo. ¿Se robaron la plata? Razón tiene EE. UU. en descertificar a Colombia”.

 

La oposición toma la palabra

Uno a uno, los dirigentes opositores fueron marcando su posición.

  • Iván Duque, expresidente, enumeró las que a su juicio son las causas del fracaso: “Desmonte de los grupos de erradicación, crecimiento exponencial de cultivos ilícitos, las más bajas incautaciones en décadas y complacencia con narcotraficantes bajo la paz total”.

  • María Fernanda Cabal, senadora: “El gobierno de Petro, el de la paz cocal, incumplió su deber de combatir el narcotráfico por estar contemporizando con los criminales”.

  • Juan Espinal, representante, habló del bolsillo: “La descertificación afectará la inversión extranjera y aumentará el riesgo país”.

  • Julio César Triana, más técnico, detalló efectos inmediatos: “Se congelan 453 millones de dólares en cooperación, se bloquea el acceso a créditos internacionales y se frenan proyectos de modernización de la Fuerza Pública”.

Precandidatos presidenciales, en campaña anticipada

La descertificación se convirtió de inmediato en un insumo electoral.

  • Juan Daniel Oviedo pidió “recuperar el control territorial” y fortalecer la Fuerza Pública.

 

  • Miguel Uribe Londoño acusó a Petro de “elegir a Maduro en lugar de EE. UU.” y prometió que en 2026 Colombia volverá a ser “el mejor aliado de Washington”.

 

Mauricio Cárdenas habló de una herencia tóxica: “Otro gran problema que le deja Petro al próximo Gobierno”.

 

  • Juan Carlos Cárdenas fue más radical: propuso retomar la aspersión con glifosato.

  • Mauricio Lizcano consideró que la medida es “más política que técnica, un campanazo directo al Gobierno”.

Diplomacia frente a la tormenta

Desde Londres, la embajadora Laura Sarabia bajó el tono:
“Colombia reafirma su compromiso en la lucha contra el narcotráfico. Hemos entregado miles de vidas a esta guerra. Con Estados Unidos compartimos más de 200 años de historia: que la diplomacia guíe este nuevo desafío”, también agregó:

La senadora María José Pizarro fue más dura contra Washington: “Se trata de un acto unilateral e ilegítimo. Ningún país tiene potestad de juzgar a otro; eso es función de organismos multilaterales como la ONU”.

Un déjà vu de los 90

Para muchos dirigentes, lo ocurrido no fue una sorpresa. “Crónica de una muerte anunciada”, lo definió el exsenador Juan Diego Gómez, convencido de que la estrategia del Gobierno Petro estaba destinada al fracaso.

El senador Juan Pablo Gallo agregó que “la descertificación es un pésimo mensaje para el país. El Gobierno tiró por la borda décadas de esfuerzo y cooperación internacional”.

Incluso desde el Partido Conservador se habló de un golpe a la confianza internacional: “La descertificación evidencia la desconfianza de Estados Unidos en el Gobierno Petro, no en el país”.

 

Entre reproches y advertencias

La lista de voces críticas siguió creciendo:

Abelardo de la Espriella sentenció: “Esto no es una sorpresa, es la consecuencia de una política que empodera al narcoterrorismo mientras debilita la institucionalidad”.

 

Paola Holguín alertó sobre la relación de Petro con Maduro y sus efectos en la cooperación internacional.

La polémica no solo se desató en Colombia. Desde Washington, la administración estadounidense también dejó claro el peso político de la medida. El secretario de Estado, Marco Rubio, lanzó una crítica frontal contra el presidente Gustavo Petro, a quien responsabilizó directamente de la descertificación y cuestionó su rol como aliado estratégico en la lucha antidrogas.

 

Una tormenta que apenas empieza

La descertificación de 2025 revive fantasmas de hace tres décadas. La diferencia es que, en medio de un mundo multipolar, la medida llega cuando Colombia busca redefinir su política de drogas bajo el sello de la “paz total”.

El país político ya tomó partido: unos ven una injusticia, otros un fracaso rotundo del Gobierno. Entre tanto, en Washington la decisión ya está tomada, y en Colombia el eco de las reacciones apenas empieza a dibujar lo que podría convertirse en uno de los debates más intensos del tramo final de la administración de Gustavo Petro.

 

 

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