Periodista Digital
¿Por qué las mujeres acceden menos al crédito que los hombres en Colombia?


En Colombia, las mujeres acceden 7 % menos que los hombres a productos financieros tanto de ahorro como de crédito. Además, en el caso de los préstamos, no solo acceden con menos frecuencia y a montos más pequeños que los hombres, sino que lo hacen a mayores tasas de interés, es decir, con un mayor costo.
Pero la brecha es diferente según la zona del país. Según el informe sobre brecha de género que lanzó Banca de las Oportunidades en la última semana de julio de este año, hay diferencias entre las mujeres que habitan zonas rurales y las que habitan zonas urbanas.
En especial, la entidad destaca la brecha que enfrentan las mujeres de comunidades étnicas. Mientras el promedio de acceso al sistema financiero en el país es de 96 %, en departamentos de mayoría de grupos étnicos como Vichada, Vaupés y Guainía, el acceso al sistema financiero para las mujeres es de 30 %.
Las razones de la brecha
Paola Arias, directora de Banca de las Oportunidades, explica que la entidad identifica en su más reciente informe sobre brecha de género que “hay unos elementos estructurales que como país están muy marcados para nosotras las mujeres relacionados, por ejemplo, con temas como la precariedad en el acceso al mercado laboral. Solo por poner algún ejemplo, tenemos menos acceso a empleos formales, participamos mucho más en la economía del cuidado y tenemos mucha más participación en el empleo informal”.
Además, Arias destaca que la falta de activos se convierte en una barrera para la entrada al sistema financiero.
Usualmente en Colombia la tenencia de tierra todavía está mucho más concentrada en los hombres. La propiedad de las casas, los bienes inmuebles, los carros se concentran en los hombres y estos son un activo muy importante porque funge como respaldo por ejemplo para acceder a crédito.
Por otro lado, Arias explica que las mujeres, en promedio, tienen menos capacidades financieras, menos conocimientos y menos habilidades para gestionar recursos financieros. Todo esto, asociado a un menor nivel educativo en especial en temas digitales y financieros en una era en la que buena parte de los esfuerzos en inclusión financiera se dan mediante productos a los que se accede desde el celular.
Tenemos menos capacidades técnicas que son claves, por ejemplo, para emprender y más cuando en Colombia mucho del empleo se genera a través de negocios propios.
Sin embargo, la directora de Banca de las Oportunidades también destaca que hay estudios en Colombia que demuestran que cuando las mujeres reciben “esos conocimientos y esas habilidades, tenemos un mejor comportamiento que los hombres”.
Le puede interesar:
Karol G abre becas para mujeres en Latam: países, requisitos y cómo postularse
Arias agrega: “ese efecto multiplicador de la educación es muy importante en nosotras, sobre todo porque tenemos hábitos de gasto y de pago mucho más responsables que los hombres, somos mucho más conservadoras en la gestión del riesgo y sobre todo invertimos más en gastos que tienen una visión que puede incluso llegar a cerrar brechas intergeneracionales de pobreza”.
Las mujeres, por ejemplo, gastamos más en educación, en salud y en vivienda que los hombres. Los hombres tienden a gastar más en transporte, en entretenimiento que las mujeres.
Actualidad

Crece el número de víctimas y daños por lluvias intensas en México
Por Oscar Repiso

¿Por qué cerró el Ministerio de Trabajo tres buques de Van Camp’s en Cartagena?
Por Oscar Repiso

Colombia avanza a semifinales del Mundial Sub-20 tras vencer 3-2 a España
Por Oscar Repiso

Sierra Nevada: Eljach presenta medidas para defender comunidades indígenas
Por Oscar Repiso
Resumen semanal

Pacto Histórico pierde la tutela que buscaba salvar su consulta interna
Por Gustavo Márquez Hernández

30 años de Pies Descalzos, el disco con el que Shakira conquistó el pop mundial
Por María Fernanda Sierra

Restrepo: el próximo gobierno heredará 600 billones en compromisos del gobierno Petro
Por Carlos Grosso

Crisis en Perú: Dina Boluarte enfrenta destitución ante el Congreso
Por Andrés Marín Martínez