Rodrigo Londoño, conocido como Timochenko y último comandante de las extintas FARC, volvió a dar de qué hablar tras una entrevista concedida a la AFP, en la que aseguró que las guerrillas modernas de Colombia han perdido cualquier tinte político y se han transformado en simples estructuras dedicadas al narcotráfico. Según él, el actual gobierno del presidente Gustavo Petro ha contribuido a darles “oxigenación” en vez de debilitarlas.Le puede interesar: El mensaje de Petro en la ONU: "La política antidrogas es para dominar a los pueblos del sur"El ahora líder del partido Comunes y quien recientemente fue condenado a ocho años de trabajos sociales por los secuestros cometidos durante el conflicto, defendió la importancia del acuerdo de paz firmado en 2016. Sin embargo, admitió que la violencia no desapareció y que el país enfrenta hoy una nueva oleada de violencia protagonizada por disidencias y bandas criminales.“Desafortunadamente (este gobierno) no elaboró una estrategia clara en función de cómo neutralizar a estos grupos ilegales. Más bien se les dio espacio y oxigenación política”, aseguró Londoño en un bar de Bogotá administrado por excombatientes y dedicado también a las víctimas.Rodrigo Londoño, conocido como Timochenko, habló sobre el presente de las guerrillas en Colombia - Crédito: ColprensaUn conflicto que persiste pese al acuerdo de pazAunque el acuerdo de paz de 2016 logró reducir la violencia durante un tiempo, una década después Colombia atraviesa un recrudecimiento del conflicto. Los nuevos grupos armados han implementado métodos más violentos y sofisticados, como atentados con drones explosivos, carros bomba y hasta el magnicidio de un precandidato presidencial.A un año de terminar el mandato de Petro, la mayoría de las mesas de negociación con distintos actores armados se encuentran en punto muerto. Para Timochenko, el panorama actual muestra que muchos de los grupos armados que no se acogieron al acuerdo terminaron convertidos en estructuras “muy despolitizadas, bandas de narcotráfico a nivel internacional”.Le puede interesar: Petro en Asamblea General de la ONU: ¿qué temas tratará el presidente?La vida de Timochenko sigue marcada por la amenaza de la violencia. En 2020 fue víctima de un atentado atribuido a Iván Márquez, su antiguo compañero en la guerrilla y hoy uno de los principales jefes disidentes. “Intentaron matarme infiltrándose en mi esquema de seguridad, y ese temor sigue vivo”, confesó.Además, aseguró que persisten discursos de odio contra él y contra los firmantes del acuerdo. También denunció irregularidades en la selección de algunos guardaespaldas estatales que le generan desconfianza.Iván Mordisco y el nuevo rostro de las disidenciasLondoño se refirió a Iván Mordisco, actual jefe de una de las facciones más fuertes de las disidencias y considerado el criminal más buscado del país. Para Timochenko, su liderazgo no responde a cualidades políticas ni estratégicas, sino al control del negocio del narcotráfico.“Mordisco era un guerrillero común. No era un gran comandante ni un hombre de mucha capacidad política”, dijo, desestimando el papel del disidente que recientemente ordenó un atentado en Cali con un camión bomba que dejó seis muertos.El disidente Iván Mordisco, señalado como responsable de atentados y del fortalecimiento del narcotráfico - Crédito: Colprensa Críticas a las negociaciones con el ELNComo negociador del acuerdo con el expresidente Juan Manuel Santos, Londoño recordó los errores cometidos en los intentos de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Según él, Santos nunca les dio el mismo nivel de consideración que a las FARC. “Les dio un tratamiento de segunda, y eso en una negociación es bien complejo”, explicó.Entre la política y la memoriaHoy, Timochenko se mantiene en la política, aunque no tiene aspiraciones de participar en las presidenciales de 2026. Considera que la izquierda tiene posibilidades reales de mantenerse en el poder, aunque se reserva de hacer campaña directa. “Colombia ya es otra Colombia. No puede, no va a volver a eso”, señaló en referencia a un eventual retorno de la derecha al poder.La reciente condena de la JEP contra siete excomandantes de las FARC lo tocó de cerca. Mientras víctimas como Ingrid Betancourt califican la decisión de “burla” y planean apelaciones internacionales, Londoño asegura estar comprometido con la no repetición: “Son heridas muy profundas, el daño es irreparable, pero debemos trabajar para que no se repita”.Admitió sentir miedo por los procesos pendientes en la justicia transicional. “La demora me tiene asustado porque se nos termina la vida”, dijo, recordando que aún debe responder por delitos como el reclutamiento de menores.Le puede interesar: Bucaramanga se queda sin alcalde tras fallo del Consejo de EstadoA sus 66 años, Timochenko reconoce los “achaques de la edad” y admite que nunca se adaptará del todo a la vida en Bogotá. Entre lecturas —como el libro Rusia, mi padre y yo de Svetlana Stalin y el tiempo con su hijo de seis años, asegura que seguirá en la política mientras pueda, aunque le hubiera gustado ser profesor en otra vida.El exjefe guerrillero concluyó que las guerrillas actuales no son más que estructuras criminales carentes de ideología, alejadas de las luchas políticas que alguna vez movilizaron a las FARC. Un diagnóstico que plantea un gran desafío para el futuro de la paz en Colombia.*Con información de AFP