Actualizado 15 de noviembre de 2025 - 2:55 p. m.
Indígenas lideran histórica movilización en la COP30: “Nuestra selva está viviendo una masacre”
Miles de manifestantes se tomaron las calles de Belém para presionar a los negociadores de la COP30 y exigir decisiones frente a la crisis climática.
Dicson Alfonso Cabrera Villalobos
Periodista Digital
Los manifestantes exigen soluciones definitivas ante el cambio climático. Crédito: AFP
Belém vivió este sábado una de las mayores manifestaciones ambientales de los últimos años. Unas 50.000 personas marcharon para exigir a los negociadores de la COP30 medidas urgentes frente al avance del calentamiento global, la preservación de la Amazonía y el fin progresivo de los combustibles fósiles.
La protesta se desarrolló a solo unos kilómetros del Parque da Cidade, sede de las negociaciones, fuertemente custodiada por militares y barreras de seguridad.
La movilización partió de un mercado local y avanzó entre tambores, cantos y los ritmos del Brega, que resonaban entre banderas, pancartas y performances que buscaban enviar un mensaje contundente: no más retrocesos en la lucha climática. Entre las imágenes más simbólicas, tres grandes tumbas de cartón que representaban el “entierro” del petróleo, el gas y el carbón.

Los asistentes a la marcha exigen dejar de explotar petróleo, gas y carbón. AFP
Indígenas: voz y resistencia en la COP30
Los pueblos indígenas, protagonistas históricos de la defensa ambiental en Brasil, encabezaron la movilización con lanzas, arcos, flechas y un mensaje unificado. Su presencia fue masiva, especialmente después del choque que tuvieron esta misma semana con las fuerzas de seguridad en la zona restringida de negociaciones de la COP.
“Necesitamos más representantes adentro para defender nuestros derechos. Nuestra selva está viviendo una masacre”, afirmó Benedito Huni Kuin, líder indígena del estado de Acre.
Otros, como Naraguassu Pureza da Costa, de Marajó, recordaron que las presiones sobre sus territorios no son nuevas: “La invasión en este país data de 1500, y esta COP es de nuevo una invasión, el retorno de las carabelas con capital extranjero y multinacionales”.
Miles de personas se congregaron en la Marcha Global por la Justicia Climática, que recorrió las calles de Belém en defensa de una transición energética justa y contra "las falsas soluciones que dominan la agenda oficial de la COP30".
— Diario El Peruano (@DiarioElPeruano) November 15, 2025
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El movimiento indígena ha sido uno de los más visibles durante la primera semana de la cumbre, denunciando amenazas por explotación minera, deforestación y proyectos petroleros en zonas sensibles de la Amazonía.
Marina Silva y la contradicción petrolera
A la marcha asistió la ministra de Medio Ambiente de Brasil, Marina Silva, quien respaldó públicamente la necesidad de una transición energética, aunque el gobierno de Lula da Silva mantiene un controversial proyecto para explorar petróleo en la desembocadura del Amazonas.
“A pesar de nuestros desafíos y contradicciones, tenemos que hacer la hoja de ruta para la transición”, expresó Silva, apoyando una idea impulsada por el propio Lula durante la cumbre: trabajar hacia un acuerdo global para abandonar los combustibles fósiles, postura respaldada por países como Francia y Colombia, pero aún fuera de la agenda formal de la COP.
Tres COP sin marchas: Belém rompe la tendencia
La multitudinaria manifestación también marca un hito: es la primera gran marcha ambiental en una COP desde 2021. Las ediciones anteriores en Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Azerbaiyán estuvieron marcadas por restricciones a las protestas, alto control gubernamental y preocupaciones por la seguridad de las ONG.
En Belém, por el contrario, miles de brasileños y visitantes extranjeros respondieron al llamado de los movimientos ambientales, que pedían una participación masiva para impulsar a los negociadores.
Negociaciones trabadas: “sesiones de terapia”
Mientras tanto, dentro de la COP30, las conversaciones siguen estancadas. Tras una semana de reuniones, no hay avances significativos en temas centrales como financiamiento climático, reducción de emisiones, transparencia y comercio. Delegaciones europeas, latinoamericanas y de pequeñas islas presionan por mayores compromisos en reducción de gases de efecto invernadero, mientras países en desarrollo y africanos insisten en definir primero quién pagará por la crisis climática.
Una fuente de la delegación francesa describió las posiciones como “muy divididas”, y según un diplomático occidental, los propios negociadores brasileños bautizaron las reuniones de esta semana como “verdaderas sesiones de terapia”.
*Con información de AFP