Periodista Digital
Atentado a Miguel Uribe: Revelan piezas claves en investigación de la Fiscalía


Minuto60 tuvo acceso a las declaraciones que entregaron al menos 12 testigos y que hoy son analizadas por el grupo de investigadores de la Fiscalía para esclarecer quiénes están detrás del atentado.
Estas versiones, hasta ahora inéditas, revelan detalles de cómo se organizó la visita del precandidato y senador al barrio Modelia, lo que pasó con su esquema de seguridad, la presencia de personas extrañas, entre otros. Minuto60 se abstiene de revelar los nombres de los testigos para no entorpecer las labores de investigación de la Fiscalía.
Los días previos al 7 de junio
La reunión con la comunidad se planeó días atrás, incluso en una versión se dijo que fue planeada desde el 20 de mayo. La idea era hacer un recorrido en Fontibón; primero, para dialogar con comerciantes y luego, para hablar de propuestas con las personas convocadas.
Un testigo aseguró que la reunión fue planeada por el equipo de campaña y con la iniciativa del propio senador Miguel Uribe, quien estaba interesado en ir a esa localidad. “Me gustaría que la reunión sea en un lugar donde no me conozcan, donde yo pueda ir a conocer gente nueva”, le manifestó el precandidato a finales de mayo a ese testigo.
Por la premura de tiempo para organizar el evento, habría surgido la propuesta de hacer la reunión otro día, con la presencia de 1.000 o 1.500 personas. Sin embargo, se optó por llevarla a cabo el 7 de junio.
Previo a la fecha acordada, el miércoles 4 de junio, hubo una nueva reunión en la cual participaron tres personas de la campaña y un dirigente comunitario. Ese día acordaron cuál sería el lugar ideal, el recorrido, dónde iba a estar el precandidato, cómo se iba a desarrollar el evento, así como la hora de llegada y la hora de salida.
Sobre la escogencia del parque El Golfito, un testigo le dijo al personal de la campaña que era mejor en un sitio cerrado y no al aire libre. Debido a las condiciones climáticas —dijo el testigo— era posible que lloviera. No obstante, se descartó su propuesta, pues “el formato” de la campaña había cambiado y no se haría en sitios cerrados.
También se confirmó, por medio de estas versiones, que la reunión del 7 de junio no fue improvisada, y que todo fue debidamente planeado. Por ejemplo, uno de los miembros de la campaña dijo que la sugerencia del lugar fue hecha por los líderes de la localidad. También señaló que, previo a la llegada de Miguel Uribe, se verificó y se recorrió cada uno de los puntos del sector.
La convocatoria: ¿Quiénes tuvieron conocimiento?
En una de las declaraciones se aseguró que la notificación del lugar de reunión se envió vía WhatsApp el viernes 6 de junio, cerca del mediodía, a los 1.192 líderes que están repartidos en dos grupos.
En otra versión se dijo que se envió una pieza gráfica a cerca de 730 personas que hacen parte del grupo Voluntarios por Colombia.
Y, en una más, se sostuvo que no fue una convocatoria abierta sino personalizada, mediante una base de datos; que de esto solo tenía conocimiento la campaña y el grupo de trabajo que estaba coordinando la visita de Miguel Uribe al lugar.
7 de junio, la visita a la localidad de Fontibón
Hubo tres momentos claves antes de reunirse con la comunidad, el equipo de comunicaciones del senador Miguel Uribe le recomendó grabar un video reaccionando al decreto de la consulta popular -si eventualmente se daba la noticia-, con el fin de que pudiera estar tranquilo en la actividad del barrio Modelia.
Varios de los testigos coincidieron en señalar que fueron citados a las 2:30 p. m. en una panadería, ubicada en la carrera 82 con calle 23A, donde Miguel Uribe se reunió, pasadas las 3:00 de la tarde, con un grupo de líderes, personas convocadas por el exalcalde de Fontibón Anderson Albey Acosta. Dicha reunión no tardó más de 20 minutos.
Una vez finalizado este primer encuentro, el congresista inició el recorrido por el barrio. Entró a algunos establecimientos comerciales que previamente el equipo de campaña visitaba preguntando si querían conocer al precandidato. Algunos comerciantes aceptaron, otros no e incluso cuentan que hubo un acto de descortesía por parte de uno de ellos, quien le cerró una persiana metálica a su paso.
Mientras avanzaban, con destino al parque El Golfito, se entregaron volantes y manillas. El senador saludó a las personas, conversó con varias de ellas. No faltó quien le gritara improperios y, junto a ellos, muy lentamente, los acompañaba una camioneta blindada. Era el vehículo de seguridad del concejal Andrés Barrios, que nunca le quitó la mirada.
Al llegar al parque, el senador Miguel Uribe se quitó la chaqueta y se la entregó a Víctor Gómez, su jefe de seguridad, y le dijo que tuviera cuidado porque ahí estaba su billetera. Quedó en camisa y debajo no tenía chaleco antibalas. “No tenía nada”, manifestó una testigo.
En una pequeña tarima improvisada con cajas, junto a un árbol, se desarrolló la charla con la comunidad. El primero en hablar fue el edil Víctor Mosquera, luego el concejal Andrés Barrios y, por último, el senador Miguel Uribe. En ese momento ya eran más de las 5 de la tarde. El senador era escuchado por el grupo de convocados, pero también de extraños.
Sin embargo, lo que ha suscitado algunos interrogantes de quienes rindieron su versión de lo ocurrido es el por qué una patrulla de la Policía, que estaba en el parque, se marchó justo antes de los disparos. Así como la distancia en la que se estacionó la camioneta blindada perteneciente al esquema de seguridad de Miguel Uribe.
La seguridad de Miguel Uribe.
Ese día, 7 de junio, acompañaban al congresista dos escoltas, Víctor Gómez, quien es su jefe de seguridad, y Ricardo Céspedes, dijo una testigo, quien consideró este detalle muy relevante debido al nivel de riesgo.
Uno de los dirigentes políticos comunitarios pidió, días antes del evento, el acompañamiento de la Policía, y para tal fin se dirigió al Centro de Atención Inmediata CAI de Modelia. La respuesta se dio con la presencia de dos policías en motocicleta el día del evento.
Los movimientos sospechosos en el lugar
Uno de los testigos dijo que había un fotógrafo que no era de la campaña, que tampoco trabaja para el concejal Andrés Barrios ni para el edil Víctor Mosquera y no se pudo identificar como miembro de algún medio de comunicación.
Mientras Miguel Uribe Turbay se dirigía a la comunidad, una mujer, que estaba detrás y a escasos metros del precandidato, llamó la atención de una testigo, quien aseguró que esta persona hizo una serie de señas con la mirada justo en el momento del atentado.
Sobre la misma sospechosa, uno de los testigos señaló que “el gatillero” estaba a su izquierda y atrás del precandidato la mujer que le hace la mirada al sicario como de “hágale, hágale”.
Otro de los testimonios dio cuenta de tres personas que le parecieron sospechosas. Ellas, según dijo, vestían gorras (dos de color negro y la otra de color blanco) con camisetas y chaquetas negras. Indicó que su aspecto no era normal y que llegó a pensar que eran ladrones.
También se dijo, en estas declaraciones, que horas antes de ese 7 de junio la comunidad había advertido al equipo de campaña sobre la presencia de unas personas encapuchadas dando vueltas por la zona.
La llegada del sicario y la ‘mala espina’
Un testigo narró que el sicario pasó por su lado. Aseguró que le llamó la atención su apariencia; es decir, el cabello largo atrás y encima corto, su ropa ancha y la camiseta de estampado urbano, porque el senador se había reunido en otras ocasiones con jóvenes, pero no con esas características.
En su actitud también notó algo raro porque se quedó mirando a Miguel Uribe sin que le pareciera interesante lo que hablaba y esa situación le dio “mala espina”.
El atentado
En ese momento eran cerca de las 5:30 de la tarde; algunos de los presentes grababan con su celular la intervención del precandidato que respondía una tercera pregunta. Miguel Uribe hablaba de salud mental cuando se escucharon los disparos. Todo, a partir de ese momento, fue confusión. Gritos, temor, algunos corrían y las versiones de los testigos encajan en describir lo que pasaba con el sicario. Dijeron que corrió en dirección a un campo de fútbol.
Los escoltas del concejal Andrés Barrios se lanzaron a protegerlo tan pronto como empezó la balacera. El jefe de seguridad de Miguel Uribe se abalanzó sobre él, mientras que el otro escolta se fue corriendo detrás del joven sicario en medio de disparos.
En la persecución y captura del menor participó la comunidad, pues un testigo contó que uno de los líderes comunitarios le dijo: “cogimos al tipo, cogimos al tipo”, refiriéndose al sicario. Aseguró que la gente lo quería linchar, pero que el tipo, o sea el sicario, iba a hablar, que él tenía los números y demás.
Actualidad

Elecciones Bolivia 2025: los candidatos a segunda vuelta
Por Katherine Vega

¿Balance histórico en Juegos Mundiales, pero futuro incierto para el deporte colombiano?
Por Heidy Johana Palacio Sánchez

¿Se acabó el ciclo de David González en la crisis que hunde a Millonarios?
Por Heidy Johana Palacio Sánchez

¿Qué significa que EE.UU. certifique o no a Colombia?
Por Katherine Vega
Resumen semanal

Nodal revela fecha de su boda por la iglesia con Ángela Aguilar y la verdad sobre Cazzu
Por Nathalia Villamil

Diego Cadena, abogado del expresidente Uribe, es declarado culpable
Por Iván Mauricio Beltrán Acuña

El nuevo agarrón entre Claudia López y Petro
Por Oscar Repiso

Boluarte envía duro mensaje sobre soberanía de la isla Santa Rosa: "No cederemos"
Por Ma. Fernanda López