La compra de aviones SAAB desata un torbellino de dudas en Colombia: ¿Quién gana realmente con el negocio?

La reciente decisión del Gobierno colombiano de adquirir 17 aviones de combate Gripen a la firma sueca SAAB por $ 16.5 billones  ha desatado un torbellino político y mediático. El contrato incluye 15 aviones Gripen E monoplaza y dos Gripen F biplaza con el equipo y armamento asociado, entrenamiento y servicios.

A pesar de que Gustavo Petro aseguró en la campaña presidencial que no destinaría recursos a la compra de aeronaves militares —y que invertiría ese dinero  en temas sociales—, su administración avanzó en el proceso, abriendo un abanico de interrogantes que hoy generan más preguntas que respuestas.

Los aviones le costaron al gobierno colombiano 16,5 billones de pesos, que se pagaran con vigencias futuras. SAAB.

Controversia por la muerte de menores de edad

La polémica estalla, además, en un momento especialmente delicado: el país aún debate la muerte de unos 15 menores de edad en bombardeos contra estructuras de las disidencias al mando de alias Iván Mordisco.

Así lo reveló el Instituto Nacional de Medicina Legal y por ello mismo, el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, enfrenta una moción de censura. La Defensoría del Pueblo pidió al presidente Petro suspender los bombardeos, a lo que el mandatario se negó. En ese ambiente de tensión, la millonaria inversión en aviones de combate ha sido recibida con desconfianza.

Roy Barreras, exembajador en Reino Unido del gobierno Petro y actual precandidato presidencial, se desmarcó de la compra de los aviones:

“En mi Gobierno yo no voy a comprar más aviones de 16 billones de pesos, porque lo que necesito es comprar 10 mil drones guardianes del aire, para 2.800 barrios en 12 ciudades de Colombia, donde se produce el 73 % de los crímenes. Y vamos a repotenciar 140 helicópteros para combatir eficazmente los grupos criminales. Armas más eficaces para recuperar la seguridad”.

Los aviones Gripen adquiridos por Colombia son nuevos y la empresa SAAB ofrecerá asesoría. SAAB.

Una empresa marcada por investigaciones internacionales

La empresa sueca SAAB no ha sido ajena a los escándalos. La compañía ha enfrentado investigaciones por supuesta corrupción en Brasil, Sudáfrica, República Checa y Hungría, todas relacionadas con la venta y arriendo de sus aeronaves Gripen.

En Sudáfrica, la compra de 26 aviones a finales de los años 90 terminó años después bajo la lupa por sospechas de sobornos a intermediarios y funcionarios.

Según investigaciones citadas por medios locales, SAAB habría reconocido que BAE Systems pagó cerca de 24 millones de rands (moneda oficial) a la empresa SANIP, que luego habría canalizado los fondos hacia la consultora del influyente asesor Fana Hlongwane, cercano al entonces ministro de Defensa Joe Modise.

En Brasil, tras la compra de 36 aeronaves en 2013 por 4.500 millones de dólares, el Departamento de Justicia de Estados Unidos pidió abrir una investigación por eventuales irregularidades en ese proceso. El caso aún no está cerrado. 

Y en República Checa (2004) y Hungría (2003), los contratos para arrendar los aviones también fueron investigados por supuestos sobornos. Las indagaciones terminaron archivadas por falta de pruebas concluyentes, pero las dudas permanecieron.

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Sobre el contrato firmado por Colombia, el ministro de la Defensa, Pedro Sánchez, fue contundente al hablar con los medios de comunicación de la transparencia del mismo:

“Fue un proceso totalmente transparente donde se involucraron más de un centenar de militares de la FAC, civiles del Ministerio de Defensa. Se contrató una firma especializada de abogados, comités técnicos, económicos y jurídicos”.

Minuto60 ha intentado comunicarse con las directivas de SAAB, pero nos respondieron que por ahora no se dará ningún tipo de declaración.

El giro inesperado de Petro

Uno de los puntos más discutidos en Colombia es el cambio de postura del mandatario. Durante la campaña presidencial, Petro cuestionó duramente al expresidente Iván Duque, por su intención de adquirir aviones de combate y aseguró que no gastaría un peso en ese tipo de compras. Este giro genera inquietudes sobre qué motivó el cambio de decisión y cuál fue el proceso real detrás del contrato con SAAB.

El muy descarado engaño de @petrogustavo a los colombianos cuando, en campaña electoral anunció que NO compraría aviones de guerra para guerras internacionales que Colombia no necesita, compromiso que hizo contra la idea de @IvanDuque de comprar esos aviones.
Obsérvenlo.
Engaño… pic.twitter.com/BeTsuPrsdS

— Jorge Enrique Robledo (@JERobledo) November 16, 2025

Una denuncia que cruza fronteras

El exzaranticorrupción Camilo Enciso, quien ha cuestionado el contrato de adquisición de los aviones, envió un documento a las autoridades de Suecia, pidiendo que se investiguen posibles irregularidades en el contrato firmado con Colombia.

Su solicitud coincide con la creciente preocupación de sectores políticos y expertos en defensa, que consideran que el proceso carece de transparencia.

“Aquí lo que nos preocupa es un posible sobrecosto de un 55 %, situación que le solicitamos a los entes de control que investiguen de manera inmediata”, asegura el representante a la Cámara del Centro Democrático Juan Espinal.

El factor Suecia: otra coincidencia incómoda

Un elemento adicional que ha levantado sospechas es la revelación del tabloide sueco Expressen, que publicó un reportaje en el cual señala que la primera dama, Verónica Alcocer, estaría viviendo rodeada de lujos en Estocolmo, capital de Suecia.

“Yo no voy a criticar los gastos en seguridad porque son muy necesarios, lo que sí es muy extraño es todo lo que rodea el contrato. El aumento de las cotizaciones, por ejemplo, y sí, no se ve bien que después de una compra tan costosa, nos enteremos de que la primera dama vive en Suecia”, aseguró Paloma Valencia, senadora del Centro Democrático.

La publicación plantea preguntas: ¿Cómo se financia su estadía? A esto se suma, que como lo ha revelado el portal La Silla Vacía, el embajador de Colombia en Suecia, Guillermo Reyes, y su esposa Carmen Larrazabal, son amigos de vieja data de la pareja presidencial, lo que ha alimentado las suspicacias.

El presidente Petro y su esposa tienen una relación de amistad, de muchos años, con el embajador en Suecia, Guillermo Reyes. La Silla Vacía.

¿Respuesta a Estados Unidos?

Aunque el Gobierno no ha explicado si existe alguna relación entre la compra de los aviones de combate a Suecia y la reciente decisión de Estados Unidos de descertificar a Colombia en la lucha antidrogas —además de incluir al presidente Petro y su esposa en la 'lista Clinton'—, la coincidencia temporal no deja de llamar la atención. Si bien es cierto  que Petro no compró los aviones a Estados Unidos, sí estaría interesado en demostrar avances en la lucha antidrogas. 

“Yo sí creo que en el presidente Petro está actuando la lista Clinton y la presión de los Estados Unidos. Aquí habían decidido no hacer política antidrogas, me parece que el presidente no puede seguir haciéndose el pendejo (sic)  frente al crecimiento de los cultivos ilícitos”.

Paloma Valencia, senadora del Centro Democrático

El presidente no puede seguir haciéndose el pendejo frente al crecimiento de los cultivos ilícitos (sic).

Paloma Valencia, senadora del Centro Democrático

El giro hacia un proveedor europeo podría interpretarse como un intento de diversificar alianzas estratégicas ante el deterioro de la relación con Washington; o podría tratarse simplemente de una negociación militar ya avanzada que no tendría vínculo directo con las tensiones diplomáticas.

El presidente Gustavo Petro no ha tenido una buena relación con el mandatario estadounidense, Donald Trump. AFP.

Compra en medio de tributaria

La compra de los aviones suecos por 16,5 billones de pesos también ha desatado una ola de cuestionamientos desde múltiples sectores políticos, económicos y sociales, que consideran contradictorio que el Gobierno defienda un gasto militar de tal magnitud, mientras asegura que el país atraviesa una grave estrechez fiscal. 

En paralelo a esta adquisición, el presidente ha impulsado una reforma tributaria por medio de la cual pretende recaudar 16,3 billones de pesos para financiar programas sociales y sostener el funcionamiento del Estado, lo que alimenta las dudas sobre las prioridades del Ejecutivo y la coherencia de su discurso.

“Hay una cosa bien discutible, ¿cómo así que esos aviones se compraron del Gobierno colombiano a una empresa privada? ¿Por qué no se compraron en una negociación de gobierno a gobierno? Quedan muchas dudas sobre los intermediarios de esta operación, lo otro es el costo, que se ha dicho, otros gobiernos han pagado mucho menos por esos aviones. Y es muy contradictorio que se presente un proyecto de reforma tributaria para recaudar más de 16 billones, que equivalen a lo que cuestan los aviones, así esas aeronaves se paguen con vigencias futuras”.

Óscar Darío Pérez, senador de la República

Es muy contradictorio que se presente un proyecto de reforma tributaria para recaudar más de 16 billones, que equivalen a lo que cuestan los aviones, así esas aeronaves se paguen con vigencias futuras.

Óscar Darío Pérez, senador de la República

El contraste entre la supuesta falta de recursos y la compra de la flota de combate más costosa en la historia reciente del país deja más preguntas que respuestas en un momento de fuerte tensión social y económica.

Entre investigaciones internacionales, un giro presidencial que aún no ha sido explicado, una denuncia de supuesta corrupción elevándose hasta Suecia y las incómodas coincidencias alrededor de la primera dama, el panorama de la compra de los Gripen está lejos de generar tranquilidad en la opinión pública.

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Mientras el Gobierno defiende la necesidad estratégica de modernizar la Fuerza Aérea, algunos siguen preguntándose:

¿Por qué SAAB? ¿Por qué ahora? ¿Qué motivó el cambio de postura presidencial? ¿Existe algún conflicto de interés? ¿Y cuánta transparencia ha tenido realmente el proceso?

Por ahora, las respuestas siguen siendo más escasas que las dudas planteadas. Y la sombra de los escándalos internacionales de SAAB continúa proyectándose sobre un contrato que hoy tiene más capítulos sin escribir que certezas.