El mundo despidió a Eddie Palmieri el pasado 6 de agosto, leyenda del jazz latino y la salsa, falleció a los 88 años dejando una huella imborrable en la música del continente. Más que un maestro del piano, Palmieri fue un embajador cultural que unió la tradición afrocubana, el virtuosismo técnico y los mensajes sociales en una obra que rompió barreras, desafiando géneros y dando voz a generaciones enteras.(Le puede interesar: La salsa y el jazz latino están de luto: muere a los 88 años Eddie Palmieri, un gigante del piano) Nacido en Spanish Harlem, Nueva York, en 1936, Palmieri creció entre ritmos caribeños, jazz de clubes neoyorquinos y la efervescencia cultural de una comunidad latina en expansión. Esa mezcla dio origen a un sonido que no solo hablaba desde el piano, sino que también conectaba raíces africanas, experiencias migrantes y una búsqueda de identidad musical.Un estilo irrepetible: jazz, salsa y libertad creativaEddie Palmieri no fue un pianista tradicional. Conocido por su energía arrolladora, improvisaciones osadas y composiciones audaces, desarrolló una forma de tocar que transformó el piano en un instrumento narrativo. Cada interpretación era un manifiesto: “el piano no acompaña, conversa”, decía.Su influencia fue determinante en la evolución del jazz latino, y su proyecto La Perfecta, fundado en 1961, rompió esquemas al reemplazar trompetas por trombones y crear una sonoridad poderosa, urbana y moderna. De ahí emergieron clásicos como “Azúcar”, “Muñeca” y “Palo Pa’ Rumba”, piezas que fusionan montunos cubanos, armonías de jazz y una cadencia inconfundiblemente latina.Activismo y mensaje social desde la músicaMás allá del virtuosismo, Palmieri fue también un artista comprometido. Su música hablaba de justicia social, identidad y comunidad, especialmente durante los años 70, cuando el Bronx ardía y la música era un medio de resistencia. En discos como “Harlem River Drive”, integró funk, soul y denuncia social, adelantándose a su tiempo e influenciando a artistas de múltiples géneros.Reconocimiento global y legado intergeneracionalCon ocho premios Grammy a lo largo de su carrera, el primero ganado en 1975, que lo convirtió en el primer latino galardonado en la categoría de música tropical. Palmieri fue homenajeado como NEA Jazz Master, uno de los más altos honores en EE. UU. para músicos de jazz. También recibió la Medalla Nacional de las Artes por su contribución a la cultura estadounidense.Incluso en su etapa final, seguía actuando, grabando y mentoreando a nuevas generaciones. Para muchos jóvenes músicos, Palmieri no solo era una leyenda viva, sino un maestro generoso, siempre dispuesto a transmitir su pasión por la música y la libertad creativa.El eterno “madman” del pianoApodado cariñosamente por sus colegas como “The Madman of Latin Jazz”, Palmieri nunca dejó de experimentar. Su piano era irreverente, impredecible y profundamente emocional. Logró lo que pocos artistas alcanzan: construir una obra que, sin perder el sabor de sus raíces, se convirtió en un referente universal.Hoy, su legado resuena en cada descarga de salsa, en cada solo de piano afrocubano y en cada joven músico que decide contar su historia con ritmo, alma y convicción.