Actualizado 4 de septiembre de 2025 - 9:45 a. m.
Cómo Giorgio Armani convirtió su firma en un imperio de la moda masculina
Fundada en 1975, la firma no solo revolucionó la elegancia masculina sino que ha mantenido su esencia por 50 años. Despide a su creador.
Periodista Digital
Armani falleció este 4 de septiembre, a los 91 años. Crédito: AFP
En unas dos o tres décadas, Armani pasó de ser una pequeña firma en Milán a convertirse en una de las marcas más influyentes de la moda mundial. Su éxito no se explica únicamente por el talento creativo de Giorgio Armani, su creador, sino por la manera en que la casa italiana transformó el concepto del traje masculino.
La marca Giorgio Armani S.p.A. nació en 1975, fruto de la alianza entre el diseñador y su socio Sergio Galeotti. Desde el inicio, la propuesta fue disruptiva: ofrecer una sastrería más ligera, cómoda y moderna que rompiera con la rigidez de la moda masculina de la época.
Las chaquetas desestructuradas, con menos hombreras y cortes más fluidos, se convirtieron en la carta de presentación de la compañía; y esa innovación fue el punto de partida para el posicionamiento de Armani como sinónimo de elegancia relajada.
Del cine a la expansión global
El verdadero salto internacional de la marca llegó a inicios de los años ochenta, cuando el cine y la televisión proyectaron la estética Armani en millones de espectadores. Richard Gere, actor estadounidense, vistiendo trajes de la firma en American Gigolo (1980), marcó un antes y un después.
Armani dejó de ser solo una marca italiana, para convertirse en un referente global del estilo masculino contemporáneo. Ese vínculo con Hollywood y con figuras de poder consolidó la imagen aspiracional de la firma, que no encontró techo desde entonces.
Richard Gere y Lauren Hutton en ‘American Gigolo’, 1980, vestidos de Armani pic.twitter.com/S53xkKMzni
— Alba Díaz (@albadiazn) July 13, 2025
A partir de ahí, Armani entendió que el futuro de la marca estaba en diversificar su oferta y en 1981 lanzó Emporio Armani, una línea más juvenil y accesible que ampliaba la clientela sin sacrificar el sello de sofisticación. En 1991 apostó por Armani Exchange, que se concentró en una estética urbana y precios competitivos para captar al público joven internacional.
Estas divisiones no solo multiplicaron la presencia de la marca, sino que consolidaron un ecosistema Armani que se extendió a perfumes, gafas, relojes, mobiliario, hoteles y restaurantes. Es más, se metió al mundo deportivo y diseñó los uniformes de la Juventus de Turín.
Una identidad estética atemporal
El éxito empresarial se sostuvo en una identidad estética clara: minimalismo, neutralidad cromática y diseño atemporal. Armani apostó por prendas que trascendieran tendencias, lo que le permitió mantener una coherencia de marca difícil de replicar en la industria de la moda.
Además, su control sobre la compañía, pues se negó a vender su firma a grandes conglomerados, aseguró que las decisiones estratégicas preservaran la esencia de la marca y no se quisiera explorar más allá de lo que ya se había construido.
Hoy, Armani es un emblema de la moda masculina y una marca global con múltiples líneas de negocio. Lo que comenzó como un experimento con el traje clásico evolucionó en un imperio que redefine hasta hoy qué significa vestir con elegancia.
Un legado que trasciende al creador
Este 4 de septiembre de 2025, el mundo de la moda despidió a Giorgio Armani, el hombre detrás de la visión que cambió la sastrería para siempre. Su muerte marcó el fin de una era, pero no el de la marca que fundó.
Armani deja un legado empresarial y estético que seguirá vigente gracias a la solidez de sus líneas de negocio y a una filosofía de elegancia atemporal. En cada traje, cada accesorio y cada experiencia que lleva su nombre, vive la herencia de un creador que convirtió su firma en sinónimo universal de estilo.