Actualizado 1 de agosto de 2025 - 5:43 p. m.
El legado de Hulk Hogan: el hombre que convirtió la lucha libre en un fenómeno mundial
Terry Gene Bollea, conocido como Hulk Hogan: Su historia, sus reinvenciones y su impacto siguen vivos en cada rincón del cuadrilátero.
Periodista Digital
Hulk Hogan en una de sus peleas legendarias. Crédito: AFP
La lucha libre mundial está de luto. Falleció Hulk Hogan, y con él se despide no solo un ídolo, sino la figura más influyente que jamás haya pisado un cuadrilátero. A los 71 años, víctima de un paro cardiaco en su casa de Clearwater, Florida, falleció Terry Gene Bollea, conocido como Hulk Hogan, el hombre que, bajo su melena rubia, su piel bronceada y sus músculos de superhéroe, convirtió un espectáculo nacional en un fenómeno global. Se va el gladiador, pero nace la leyenda eterna.
Antes de Hogan, la oscuridad; con Hogan, la revolución
Cuando Hogan apareció en la escena de World Wrestling Federation (WWF) a finales de los 70, la lucha libre era un producto marginal, confinado a ciertos estados de EE.UU. con audiencias locales y narrativas rudimentarias. Pero en 1984, con su coronación como Campeón Mundial, todo cambió. Fue el rostro perfecto: carismático, teatral, musculoso, y, sobre todo, auténtico. Hogan no solo luchaba, predicaba en el ring. Y millones escucharon.
The legendary Hulk Hogan ❤️💛 pic.twitter.com/3daG7IDznf
— WWE (@WWE) July 24, 2025
Fue el primero en hacer que las luces, el drama, la música de entrada, los fuegos artificiales y la emoción pura se sintieran como parte de un concierto de rock. Con él, la WWF dejó de ser lucha libre para transformarse en “sports entertainment”. Su impacto fue tan devastador como histórico: sin Hogan, WrestleMania no existiría. Sin él, la WWE no sería el gigante que es hoy.
Hulk Hogan, en una de sus peleas más importantes de la historia. Foto: Redes sociales
Hulkamania: más que un lema, una religión cultural
En 1985, la Hulkamania estaba desatada. Era un movimiento, una moda, una filosofía de vida para niños y adultos. Hogan enseñaba a “decir tus oraciones, tomar tus vitaminas y creer en ti mismo”. Su victoria sobre Andre the Giant en WrestleMania III no fue solo un combate: fue un antes y un después. Más de 93 mil almas en el Pontiac Silverdome y millones más en televisión vieron cómo el mito se alzaba con una fuerza sobrehumana para derribar al coloso. Ese instante quedó grabado en la memoria colectiva de generaciones.
Hollywood Hogan: el antihéroe que cambió las reglas
En 1996, Hogan rompió su imagen de héroe en un movimiento que nadie vio venir: el nacimiento del New World Order (nWo). Su transformación en "Hollywood Hogan" fue una jugada maestra. El hombre que predicaba el bien se convirtió en el villano perfecto. Oscuro, cínico, retador. Revivió la WCW y colocó la “Monday Night War” entre WCW y WWE en la cima del entretenimiento deportivo. Lo amaron. Lo odiaron. Pero nadie dejó de mirarlo.
El legado en cifras
12 campeonatos Mundiales: 6 en WWF/WWE y 6 en WCW
1 campeonato Mundial en Parejas (junto a Edge en 2002)
Más de 30 años como figura activa o simbólica del wrestling
Inducido al Salón de la Fama dos veces: en 2005 (individual) y en 2020 (como parte del nWo)
93.173 espectadores en WrestleMania III: récord que sostuvo durante casi tres décadas
Ocho participaciones estelares en las primeras 9 ediciones de WrestleMania
Cada dato, cada número, refleja una carrera que no puede medirse solo en trofeos. Su verdadero triunfo fue convertir la lucha libre en una pasión compartida a nivel mundial.
Hulk Hogan, el ídolo de bigote rubio que popularizó la WWE. Crédito: AFP
Más allá del ring: Hogan, el ícono cultural
Hulk Hogan trascendió la lona. Protagonizó películas, series, reality shows y fue parte de la cultura pop con la misma fuerza que los grandes del cine o la música. En Rocky III, enfrentó a Sylvester Stallone como “Thunderlips”. En MTV, en juguetes, en camisetas amarillas rasgadas por sus propias manos. Su imagen era omnipresente.
Aún con las controversias, problemas legales, batallas personales y de salud, su aura de grandeza no se desvaneció. Porque los héroes verdaderos, aunque caigan, siguen inspirando.
Un legado que no muere: el eco de un ídolo eterno
Hoy el cuadrilátero está vacío. Las luces del estadio están apagadas. Pero en algún lugar del mundo, un niño aún alza su mano, gira el oído hacia la multitud imaginaria y grita como él: “¿Whatcha gonna do when Hulkamania runs wild on you?”
Hulk Hogan no fue solo un luchador. Fue un fenómeno social. Un antes y un después. Y, sobre todo, fue el padre de una industria que, sin él, jamás habría soñado tan alto.
Descanse en paz, inmortal guerrero del ring. Tu legado no tiene final.