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18 de agosto de 2025
Actualizado 6 de agosto de 2025 - 12:24 p. m.

El arquitecto francés que diseñó los edificios del poder en Bogotá

Gaston Lelarge no solo ayudó a modernizar la capital, dándole un aire más republicano, sino que construyó el corazón mismo de la ciudad.

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Gaston Lelarge llegó al país a finales del siglo XIX y nunca se fue.Crédito: Visit Bogotá | Fotomontaje Minuto60

Entre estocada y estocada, entre touché y touché, Gaston Lelarge se hizo un nombre en Colombia antes de convertirse en uno de los arquitectos más influyentes del país. Dejó su natal Francia para llegar a Bogotá a ganar 80 pesos por mes como profesor de esgrima; y con el tiempo dejó su espada, empuñó una escuadra; y creó los edificios del poder, los edificios de las decisiones.

Dentro de las paredes que imaginó y dibujó con lápiz y escuadra, congresistas, empresarios y presidentes han definido el rumbo de la nación. Un siglo después, esas mismas construcciones siguen en pie para recordar el legado extranjero en la arquitectura colombiana. Y con los 487 años que cumple Bogotá, una de las ciudades donde realizó sus óperas primas, no está de más recordarlo.

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El hombre antes del arquitecto

Gaston Charles Raphael Julien Lelarge Regnauld era el nombre de pila de este europeo que murió sintiéndose colombiano. Según el libro Gaston Lelarge, itinerario de su obra en Colombia, escrito por Alberto Escovar, Hugo Delgadillo, Marcela Cuéllar y Rodolfo Ulloa, nació el 10 de enero de 1861 en el distrito de Ruan, en Normandía, Francia.

Su gusto por las artes vino del lado de su papá, Raphael Lelarge, quien era pintor paisajista y retratista, y quien ejerció gran influencia en su vocación como artista. Datos de su infancia son poco conocidos, aunque en el mismo libro se exponen algunos de sus estudios, tanto a nivel intelectual como militar.

Gaston Lelarge joven

Gaston Lelarge junto a su familia en su natal Ruan. Crédito: Colección de la familia Lelarge - Gaston Lelarge, itinerario de su obra en Colombia.

Por ejemplo, se sabe que en 1880 era brigadier del 3ᵉ Escadron Territorial du Train del Cuerpo del Ejército, y que para 1889 fue aceptado en la Société des Amis des Sciences Naturelles de Rouen. También se sabe que estudió Arquitectura en la Escuela de Bellas Artes de París y que adquirió conocimiento en ingeniería, aunque no se sabe con certeza cuándo.

Su primer acercamiento con Colombia se presume que ocurrió en 1890, cuando llegó a Bogotá. Hay tres hipótesis sobre su arribo al país. La primera: por un afán de aventura; la segunda: porque un cónsul colombiano lo contrató para enseñar sobre táctica militar y manejo de armas; y la tercera: porque fue contratado por Rafael Reyes como instructor de armas para el Gobierno.

Sin tener claridad sobre cuál es más factible, lo cierto es que el 4 de junio de 1924 expidieron su cédula en Cartagena de Indias, y en ella se especificó que el francés residía hacía 34 años en el país. Su primer destino fue la capital, donde, efectivamente, se convirtió en profesor de esgrima, dando clases en la casa del que en ese tiempo era un magnate: Nemesio Camacho.

Gaston Lelarge cédula en Colombia

Cédula de Gaston Lelarge expedida en Cartagena. Crédito: Colección de la familia Lelarge - Gaston Lelarge, itinerario de su obra en Colombia.

El dueño de algunos de los predios más extensos de la capital, como por ejemplo donde hoy está el Estadio El Campín, sirvió como puente para que Gaston empezara a ingresar a la crema y nata de la capital, sobre todo al tener contacto con otros franceses. Fue en ese momento cuando dejó los espadachines y tomó los lápices.

El templo, la casa, el palacio: los primeros trazos del legado

Una de sus primeras obras en Bogotá data de 1894 y se trató de un espacio de carácter religioso. Las Hermanas de la Caridad de la Presentación de la Santísima Virgen de Tours llegaron a la ciudad en 1873 y trajeron consigo la idea de reforzar la educación. Como un servicio extra, también buscaron reforzar la fe católica y emprendieron la construcción de la Iglesia de San Façon.

Allí fue donde entró Gaston Lelarge, quien realizó los diseños de todo el templo y se encargó de la construcción de la edificación. Es más, también estuvo al frente de todos los temas relacionados con la ornamentación, que dejó atrás la austeridad colonial para proponer un estilo neogótico que no tardó en llamar la atención.

Iglesia de San Facon - Gaston Lelarge

Iglesia de San Façon. Crédito: Colección de G. Cuellar - Red Cultural del Banco de la República.

A la par que trabajó en la Iglesia de San Façon, también recibió el aval de su amigo, Nemesio Camacho, para construir la que sería su casa. En la Carrera 6.ª n.º 11-37 inició el proyecto en 1895 y lo terminó en 1901. Esta edificación se caracterizó por construirse con materiales locales y por ser una de las primeras en tener un estilo afrancesado, identificado en sus puertas, ventanas o sobremarcos.

En la actualidad, la edificación se mantiene casi idéntica a la original y se reconoce como el legado más antiguo de Gaston Lelarge en Bogotá, mismo que definió el estilo de su siguiente obra: el Palacio Echeverri.

Casa de Nemesio Camacho - Gaston Lelarge

Casa de Nemesio Camacho. Crédito: Felipe Restrepo Acosta - Wikipedia

En 1900, otra familia de gran monta contactó a Gaston Lelarge para llevar a cabo una construcción monumental. Ricardo, Aureliano y Gabriel Echeverri, dueños de la Casa Comercial Echeverri Hermanos, celebraron un contrato con el arquitecto para que “elaborara los diseños, los planos y la construcción de su casa de habitación”.

Lelarge recibió honorarios por 12.000 pesos de la época, más un 5 % del costo total de la obra. La construcción se basó en cuatro unidades de vivienda, separadas por dentro, pero unidas por fuera, y finalizó en 1904. El neoclasicismo europeo se impuso frente a los ojos curiosos de una Bogotá que comenzaba a mirar hacia afuera; e, incluso, a día de hoy, sigue robándose las miradas de aquellos que transitan la Carrera 8.ª con calle 8.ª.

Palacio Echeverri - Gaston Lelarge

Palacio Echeverri. Crédito: Martín Duque A. - Wikipedia

El arquitecto del poder

Tras ganarse el favor de la élite bogotana con sus residencias privadas, Gaston Lelarge también recibió la confianza para levantar los edificios de las decisiones públicas. En la Plaza de Bolívar de Bogotá y sus alrededores se alzan tres obras que ayudó a crear para representar el poder político en Colombia.

En el caso del Palacio Liévano, una de ellas, su concepción se dio gracias a uno de los incendios más recordados de Bogotá. Donde hoy yacen sus cimientos, finalizando el siglo XIX se encontraban las galerías de la ciudad. Allí se vendían sombreros, víveres, ropa; pero el alemán Emilio Streicher lo prendió todo.

Sobre esas cenizas, el ingeniero Indalecio Liévano, quien tenía locales en la galería, le encomendó a Lelarge diseñar los planos del nuevo Palacio Municipal. El nuevo edificio debía representar el orden, la civilidad, la modernidad. Y el arquitecto, con sus columnas neoclásicas y su ojo europeo, puso la primera piedra el 20 de julio de 1902 y lo entregó en 1910.

Palacio Liévano - Gaston Lelarge

Palacio Liévano, sede de la Alcaldía de Bogotá. Crédito: Visit Bogotá - Instituto Distrital de Turismo.

Cosa distinta ocurrió con el Capitolio Nacional, que no solo fue diseñado por Lelarge, sino por otros seis arquitectos. Este proyecto inició con el danés Thomas Reed en 1848 y luego pasó por las manos de Francisco Olaya, Pietro Cantini, Antonio Clopatofsky, Mariano Santamaría, Gaston Lelarge y Alberto Manrique Martín.

El francés tomó las riendas de la construcción en 1911. Llegó con ideas ambiciosas: una gran cúpula, una entrada monumental, la promesa de borrar “las desastrosas influencias del pasado”. Pero no contaba con una resistencia que crecía en voz baja, la de quienes no querían que un extranjero terminara el símbolo del poder legislativo colombiano.

“Ese edificio debe ser diseñado por colombianos”, dijeron algunos sectores de la arquitectura y la política. Intentaron sacarlo del proyecto, desautorizarlo, desacreditarlo; pero él resistió. Durante más de una década dirigió las obras, demolió patios y culminó salones como el Elíptico y el de la Cámara. Aun así, la historia no lo dejó cortar la cinta y no fue él quien lo inauguró en 1926.

Capitolio Nacional - Gaston Lelarge

Costado sur del Capitolio Nacional, sede del Congreso de la República. Crédito: Colección de G. Cuellar - Red Cultural del Banco de la República.

Un caso parecido ocurrió con el tercer edificio que Lelarge diseñó para el poder político, el antiguamente llamado Palacio de la Carrera, hoy conocido como la Casa de Nariño, sede de la Presidencia de la República. La historia de esta edificación es interesante en sí misma, pues en sus terrenos nació Antonio Nariño, el hombre de los derechos.

A principios de 1900, el presidente Rafael Reyes buscó demoler la vivienda del prócer para construir la nueva sede de gobierno. Y aunque en un principio no pensó en Lelarge, en 1906, a través del ministro de Obras Públicas, se le entregó el contrato al arquitecto francés. Con unos honorarios de 1.000 pesos, empezó a diseñar los planos en junio; pero en septiembre lo dijeron adiós.

Aun así, la fachada del antiguo Palacio de la Carrera, que actualmente está incorporada a la Casa de Nariño, fue atribuida en su mayoría a Gaston Lelarge, así como el diseño de la escalera principal. No se tiene un registro oficial de cuánto tiempo estuvo al frente de la obra, pero los créditos a su trabajo no faltaron.

Palacio de la Carrera, Casa de Nariño - Gaston Lelarge

Fachada del antiguo Palacio de la Carrera, hoy Casa de Nariño, sede de la Presidencia de la República. Crédito: Colección de G. Cuellar - Red Cultural del Banco de la República.

El legado francés en Bogotá

En Bogotá, Gaston Lelarge completó el diseño y construcción de 18 proyectos, entre casas, edificios, iglesias, mausoleos o monumentos. La mayoría de ellos se levantaron, y aún se levantan, en el centro de la capital, siendo pruebas reales de la transformación que ha sufrido Bogotá a lo largo de sus 487 años de historia.

Sumados a los que ya se mencionaron, también estuvo detrás de los gabinetes del Palacio San Carlos, la Librería Colombiana, el Hotel Atlántico, el Asilo de Ancianos y la residencia de la familia Vargas, hoy demolidos.

Extintos gabinetes del Palacio San Carlos - Gaston Lelarge

Extintos gabinetes del Palacio San Carlos. Crédito: Colección de G. Cuellar - Red Cultural del Banco de la República.

Además, también participó en los diseños y arreglos de construcciones que siguen en pie, como el Teatro Cristóbal Colón (calle 10 n.º 5-62), el monumento a Antonio José de Sucre (Plaza de Ayacucho), el Mausoleo del general Rafael Uribe Uribe (Cementerio Central), la Facultad de Medicina y Ciencias Naturales (Plaza de Los Mártires), el Edificio Hernández (carrera 8 n.º 12-35) y el Palacio San Francisco (avenida Jiménez n.º 7-56).

Así, entre lápices y reglas, entre columnas y ornamentos, Gaston Lelarge se hizo un nombre en Colombia hasta que falleció en Cartagena el 9 de agosto de 1934. Y aunque su nombre ya no resuena entre las nuevas generaciones, su legado se pisa todos los días. Está en los pasillos donde se aprueban las leyes, en las escaleras que suben los presidentes, en los arcos por donde caminan los bogotanos.

Facultad de Medicina y Ciencias Naturales - Gaston Lelarge

Facultad de Medicina y Ciencias Naturales. Crédito: Colección de G. Cuellar - Red Cultural del Banco de la República.

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